Una manera excelente de consumir col cruda y beneficiarse de sus maravillosas propiedades anticancerígenas y antiinflamatorias de las mucosa gástrica, es macerándola, es decir “cocinándola sin cocción”. De esta manera se ablandan sus fibras, resulta más fácil de digerir y estamos consumiendo un alimento vivo (crudo), con todas sus vitaminas, minerales, enzimas…

La maceración es una técnica tan sencilla como aliñar una verdura troceada, “masajearla” con las manos para que el líquido la impregne y dejarla reposar unas horas. La podemos preparar de un día para el otro, por ejemplo, de la tarde/noche al día siguiente y dejarla reposar en la nevera. O si no hemos tenido tiempo incluso unas horas antes de consumirla.

Esta col macerada puede ser una ensaladita pequeña “como el crudo” que acompañe o bien puede formar parte de una ensalada mayor. A la hora de consumirla le podemos añadir manzana fileteada o rallada, pasas, pipas de girasol o de calabaza, zanahoria rallada… etc.

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Ingredientes:

¼ de col lombarda grande o ½ col lombarda pequeña fileteada a tiras muy finas.

Para el aderezo mezclar:

  • El zumo de una naranja grande y dulce.
  • Una cucharadita pequeña de salsa de soja.
  • El zumo de medio limón pequeño o si es grande menos de la mitad.
  • Una cucharada de aceite de oliva.
  • Una cucharadita de sirope de ágave o miel o cualquier otra melaza.
  • Una pizca de sal.

Filetear la col y dejarla en un bol, añadir el aderezo y remover/amasar con las manos para ablandar tu textura y que el líquido penetre bien. Dejar reposar mínimo dos horas o de un día para otro. Consumir tal cual, sola, acompañada… ¡cómo más os guste!

Si en vez de col lombarda tenéis cualquier otro tipo de col, también irá genial. Recordar que la col en cualquiera de sus variedades (coliflor, brócoli, col…) es un potente anticancerígeno, pero que para beneficiarse de ello se debe consumir cruda, macerada, en zumos o al vapor.

¡Qué aproveche!

Un abrazo,

María